Realmente es difícil distinguir entre tradiciones y supersticiones porque, en muchos casos, la línea que las separa es muy delgada, sobre todo en el caso de las bodas. Aquí podréis encontrar distintas costumbres relativas a las bodas que, podrían considerarse supersticiones y viceversa. La clasificación que hago sólo tiene que ver con mi perspectiva, no es una verdad absoluta.
Esta información, por supuesto, tiene un único afán: que conozcáis más acerca de las bodas y que os divirtáis. Lo que aquí veréis no es dogma, es sólo una forma de hacer y ver las cosas; en última instancia, la decisión sobre qué haréis en la boda es vuestra.
Superstición.
(Del lat. superstitĭo, -ōnis).
1. f. Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.
2. f. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Superstición de la ciencia.
RAE. 22ª Edición.
Esta superstición procede de la época en la que los matrimonios se concertaban a través de casamenteras o de los propios padres. Los novios no se veían hasta el momento de la boda, por si se echaban para atrás al conocer al futuro cónyuge. Para evitarlo, aseguraban a los novios que tendrían mala suerte. Y de ahí hasta nuestros días. La cosa ha ido evolucionando y ya no pueden ver a la novia, ni el novio ni sus amigos.
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Se cose una moneda de algún metal noble en el dobladillo del vestido de novia para asegurar abundancia y prosperidad a la pareja. Digo yo que si se cosen varias, el efecto será mayor y, si no, siempre pueden utilizar las monedas para salir de un apuro. Esta misma superstición también se sigue poniendo la moneda dentro del zapato de la novia.
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Se dice que da mala suerte que la novia confeccione su propio vestido.
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Otra superstición curiosa sobre el vestido de novia es que da mala suerte ponerse terminado el vestido antes de la boda y, por eso, muchas costureras dejan un pequeño trozo del dobladillo o de algún remate sin terminar y se cose justo antes de salir hacia la ceremonia.
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Y, algunas modistas solteras, ponen cabellos suyos en el dobladillo del vestido de novia que están confeccionando para casarse pronto.
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Que la novia se mire al espejo ya vestida es, según algunas supersticiones, un signo de malos augurios. Los dioses pueden poner en entredicho su derecho a mirar su imagen sin estar aun verdaderamente casada. Y, entroncando con el imperativa de las novias de ser modestas y recatadas, era una forma de que no diesen rienda suelta a su vanidad.
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Las perlas dicen que representan llanto en el matrimonio, porque tienen forma de lágrima. Esta superstición es habitual en algunas zonas de España, aunque en otros lugares las perlas son símbolo de felicidad y prosperidad, casi imprescindibles para las novias.
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Aunque se considera que la lluvia no es buena para una boda (por algo se llevarán huevos a Santa Clara), hay refranes como “novia mojada, novia afortunada” o “novia llovida, dos veces bendecida”, que llevan a creer lo contrario. Lo que es verdad es que las fotos con lluvias tienen una luz preciosa…
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Los romanos, consideraban a Marte el dios de la guerra y, como el martes era el día que le estaba consagrado, consideraban que casarse en martes propiciaba un matrimonio tormentoso. Por el contrario, creían que el lunes, el viernes y el domingo eran los días más propicios, por estar consagrados a la Luna, Venus y el Sol respectivamente; todos ellos beneficiosos para un matrimonio feliz y próspero.
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Dicen que casarse en mayo no es una buena elección. Por lo visto, el origen de considerar este mes como aciago en las bodas procede de la Noche de Walpurgis (la noche del 30 de abril al 1 de mayo), en la que se produce una lucha terrible entre las fuerzas del bien y del mal. Los brujos y espíritus con intenciones nada buenas, estaban especialmente activos esa noche y en las que le seguían (en mayo) y eran una mala influencia para las parejas de que se habían casado entonces.
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También dicen que casarse en enero augura problemas económicos durante el matrimonio. Claro, la cuesta de enero nos afecta a todos.
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Hay quien piensa que casarse en junio es presagio de un matrimonio dichoso, fértil y próspero. De hecho, antes las parejas aprovechaban a casarse en junio, sobre San Juan, porque era el tiempo entre la siembra y la cosecha en la que se estaba tenía tiempo libre para las celebraciones.
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Se dice que casarse en luna llena traerá prosperidad y fecundidad a la pareja. Por el contrario se cree que contraer matrimonio durante la luna nueva es símbolo de desgracia.
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La novia sólo puede pedir matrimonio al novio si es año bisiesto. Si se lo piden en otro momento, será augurio de una vida conyugal desgraciada.
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Si un pájaro canta cuando la novia se despierta el día de su boda, se dice que es presagio de buena suerte durante el matrimonio.
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Si la novia llora durante la boda, se dice que esas lágrimas serán las últimas que vierta durante el matrimonio. Bendito rímel waterproof.
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Otra curiosa tradición es que las amigas más queridas de la novia escriban su nombre en un papel que la novia pondrá en su zapato derecho, para que estén con ella en el momento de la ceremonia y sean las próximas en casarse.
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También se dice que hay que vigilar que el novio lleve la corbata derecha porque, si no, será infiel a la novia. Parece ser que antiguamente los novios tenían la mala costumbre de retozar con otras mujeres antes de la boda y acababan con la corbata torcida después de esos devaneos. Y, digo yo, los novios además de infieles debían ser descuidados…
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Esta costumbre que es difícil de seguir en las grandes ciudades por las multas que conllevaría, sí que se sigue manteniendo en zonas rurales. Su origen está en cualquier sonido fuerte (cascabeles, cencerros, campanas, etc.) que se han empleado desde tiempo inmemorial para alejar a los malos espíritus.
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Cuando se cae un tenedor y un cuchillo al mismo tiempo, indica que pronto habrá una boda en la casa.
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Se dice que si hay hortensias en casa, las hijas en edad de casarse se quedarán solteras. Aunque hay quien asegura que son flores apropiadas para las bodas, por su belleza y su significado: espíritu vencedor sobre la materia, valentía y fuerza antes las adversidades (otros autores también le asocian el significado de vanidad, soledad y capricho vano).